lunes, 6 de octubre de 2008

Arte freak

El sábado noche/domingo de madrugada pudimos disfrutar de la Scotiabank Nuit Blanche Toronto (Scotiabank porque todo puede esponsorizarse de manera obscena, qué os voy a contar). El evento (aunque seguro que habéis oído hablar de la Noche en Blanco de Madrid) consiste en que hay instalaciones artísticas por toda la ciudad durante toda la noche. Aunque no estuvimos toda la noche, ni las vimos todas, ya que son 150, y esparcidas toda la ciudad, que no es pequeña, estuvo muy bien.
Entre las que vimos estaba una catarata hecha con botellas de plástico e iluminada, pongo la foto, aunque lucía más en la realidad, obviamente. No sé cuál sería el objetivo del artista, pero Jorge y yo no pudimos evitar pensar en Tim Hortons, Starbucks y el resto de inmundas cafeterías de aquí y en la cantidad de vasitos de papel y plástico que gastan al día.



También nos gustó ver la exposición del centro japonés y una torre hecha con libros , aunque alguien había cogido un libro y habían caído otros, de modo que no vimos la obra tal y como la había pensado el autor, que consistía en una torre de libros que estaban dispuestos según los colores del lomo, y que formaban un dibujo.
Pero el plato fuerte y freak de la noche lo tuvimos al llegar al Ayuntamiento nuevo de Toronto. Nos habían dicho que había un espectáculo con luces, pero no esperábamos que sería sobre el Pong y el Space Invaders. Como se ve (no muy bien, lo siento) en la foto, en el edificio de la izquierda estaba el primero y el el de la derecha el segundo. Las ventanas se iluminaban como si fueran píxeles gigantes y se veían dos partidas de los míticos y rancios juegos.


Y si alguien pensaba que Toronto no puede ser más freak, para demostrar que estaba equivocado, Jillian McDonald (tengo que poner su nombre, se lo merece) había ideado Zombies in Condoland, una performance que consistía en que la gente iba a un sitio, se disfrazaba de zombie y hacía cosas de zombies (de los de Romero): ser asquerosos, andar lento, moverse raro y hacer sonidos extraños. A comer carne humana creo que no llegaron, aunque lo consultaré. Lamentablemente, no pudimos ir a verlo en la zona en la que se celebraba, por lo que no disfrutamos en todo su esplendor esa maravilla. No obstante, los zombies participantes se movían por toda la ciudad disfrutando también de la Nuit Blanche, así que nos hicimos una idea de cómo era. Y los disfraces estaban muy bien.

Y bueno, a partir del jueves más arte, emoción y ciudades, porque finalmente sí que vamos a New York, New York...


3 comentarios:

A. J. dijo...

Pese a que no puedo más que admitir que Toronto ha alcanzado probablemente el pico en cuanto a "ciudades freaks que visitar de noche" (maldigo a los hados por que la noche abierta no coincidiese con mi visita), la presencia de San George A. Romero en Sitges, cuanto menos, equilibra la balanza.
Aunque, desgraciadamente, no puedo ir...
Se despide el aborto de director de cine.

Anónimo dijo...

Me-encanta. Todo lo que has puesto me ha parecido fascinante. La catarata preciosa, lo de los libros super bonito (aunque eso de que alguien cogiera uno... hay que ser cutres de verdad XDDDDD) y lo del Pong y elSpace Invaders... XDDDDDDDDDD!!!

Dios, Toronto acaba de convertirse en un must visit para mi. Que suerte tienes de haber podido ver la noche en blanco alli.

Bueno, ya nos cuentas que tal por New York. Disfruta!!
Besicos,
Lynxie

Unknown dijo...

Si es que nos adelantamos a la moda en Valencia adorando al Pong y al Space invaders... Para la próxima White Night canadiense, Aqua y Back Street Boys.

Me muero de ganas de ver como te ha ido por Nueva York querida! Espero que no ningún broker histérico te haya agredido cuando visitaras Wall Street...

Lots of love, Silvia