jueves, 16 de octubre de 2008

New York, día 1

Tras haber terminado el Sequence Analysis para Canadian cinema puedo actualizar sobre el viaje, que fue estupendo, aunque muy rápido todo.
El jueves por la noche tuvimos que pasar, claro, por la frontera. La de EEUU está en una ciudad de nombre tan gañán como "Buffalo". El guardia quería ser amable e incluso intentó hablar español -que yo, en el lamentable estado en el que me encontraba, no conseguía entender. Nos tomaron las huellas y nos hicieron una foto, así que mis datos y mi imagen ya están en algún disco duro americano. Nos dieron un papelito que ponía que estábamos exentos de visado. Un par de días más tarde, Jorge me señaló algo muy curioso que ponía detras: rezaba que al salir del país por la frontera de Canadá le diéramos el papel al guardia canadiense, pero que si salíamos por México... se la diéramos al guardia americano. En fin, así son ellos.
El viaje por la noche en autobús fue como todos los viajes por la noche en autobús, durmiendo a duras penas y con un dolor de espalda terrible. Eso sí, los asientos eran espaciosos, de talla de devorador de productos de KFC.
Llegamos al amanecer a New York, y tras dejar las mochilas en el hostal, un Youth Hostel increíble, con unas instalaciones estupendas y muy céntrico (al ladito de Central Park), nos lanzamos a hacer turismo salvaje, lo que íbamos a hacer hasta el día de vuelta.
Primero fuimos al puente de Brooklyn, que nos gustó mucho, y más tarde al Ayuntamiento, que no tiene mucha chicha, y siguiendo el itinerario de la guía, al World Trade Center Site, donde sólo se ve que están haciendo obras. Sin embargo, se puede visitar St Paul's Chapel, que data de 1766, y es de lo más antiguo que se puede encontrar en esta ciudad (antiquísimo). Esta capilla fue un lugar de refugio durante los ataques del 11 de septiembre, y dentro hay una especie de conmovedor santuario-homenaje con reliquias varias... y una tienda. En serio. Una tienda sobre el 11-S (con libros y crucecitas y cosas así) dentro de la iglesia. Al salir vimos que también hay una pared con las torres ardiendo en relieve y los bomberos haciendo su trabajo, y un museo sobre los atentados, pero obviamente pasamos de entar.
Más tarde, vimos rápidamente el National Museum of the American Indian,q ue tiene trajes típicos indios y está en un edificio bonito de inspiración griega. Hay muchos edificios oficiales así en Nueva York, como el Ayuntamiento o el New York Stock Exchange. Según leí, el "greek revival" fue una reacción de los americanos contra la influencia británica, tras la guerra de 1812. Además, algunos americanos se supone que se consideraban los herederos espirituales de Grecia, así que tomaron prestado su elegante estilo arquitectónico. Tras lel museo, fuimos a Chinatown. Objetivamente el más grande del mundo, y subjetivamente, es más espectacular, rancio y auténtico que el de Toronto. Ya por la noche fuimos a Times Square y Broadway... impresionante. Es como entrar de golpe en Transmetropolitan, o en la Nueva Nueva York de Futurama, o en cualquier otra ciudad de una distopía dominada por la publicidad obscena y excesiva, y por el consumo obsceno y excesivo también, ya sea de electricidad o de cualquier otro producto. Me sentía como una polilla, las luces me atraían y me hacían daño a la vez. Hice fotos como una loca. Y por último, subimos al Empire State Building, y valió la pena. Ya habíamos visto una ciudad -Toronto- desde arriba por el día, y es una pasada ver una ciudad así por la noche, con todas las lucecitas en los edificios, y en el reflejo del agua, es como si ardiera, y tiene una belleza artificial y extraña, pero belleza al fin y al cabo. En definitiva, fue un primer día estupendo en Nueva York.

1 comentario:

Mairena dijo...

Jo, que súper guay y qué envidia.

Lo de la tienda... Querida, las hay en todas las catedrales de España, los americanos no iban a ser menos.