domingo, 7 de diciembre de 2008

Randomness

Ayer fuimos a Casa Loma, construida a principios del siglo XX por un financiero canadiense que se enriqueció y decidió que sería hilarious vivir en un enorme castillo. En vez de comprarse uno y trasladarse, construyó uno fake en Toronto, con pasadizos secretos y todo. No sé, mientras lo visitábamos no podía dejar de pensar en Bela Lugosi haciendo catacrocker.



Después de ver Casa Loma, como era el día de la independencia de Finlandia, asistimos a una fiesta que organizaba principalmente Sini, una finlandesa que conocimos en Ottawa -cuánta magia y randomness tienen los intercambios estudiantiles-. Degustamos comida típica navideña de Finlandia -galletas, vino caliente con almendras y pasas, porridge de arroz-, pero también agua de Valencia. ¿Por qué? Porque en la fiesta celebrábamos también el cumpleaños de Marina, que es catalana, y ella, un chico de valencia y un catalán-canadiense fueron hasta Chinatown, compraron naranjas, las exprimieron y las mezclaron con el alcohol para deleite de los asistentes.

Luego nos fuimos todos de fiesta. Lo dicho, magia y randomness.

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